Nacido en Salamanca, la actividad musical de Graciano Tarragó se desarrolló, se centró en Barcelona, primero como concertista, tanto en conciertos a solo como formando parte del Cuarteto Ibérico, fundado por él; en una segunda dedicación como compositor y transcriptor a la guitarra de numerosas obras y, con notable influencia, como pedagogo.
En principio alternó el violín con la guitarra, para dedicarse de lleno a esta última. Su notable trabajo de transcripciones cuenta con una especial dedicación a la música de los grandes maestros, entre las que cuentan el Album de Ana Magdalena Bach o diversos Caprichos de Paganini; junto a obras de Gaspar Sanz, Alard, Mudarra, Lully y otros, o más próximas como El sitio de Zaragoza de Cristóbal Oudrid.
En la misma línea se encuentran las versiones de muy diversas canciones populares, desde las muestras catalanas, a las asturianas o gallegas. A este último grupo pertenecen las seis piezas españolas Danza mallorquina, Murciana, Playera, Extremeña, Cala Montjoi (sardana} y Sevillanas.