19Trastes: La guitarra y otros instrumentos de cuerda
     
 
 
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Historia de la guitarra: Consolidación

Chitarra Batente Giorgio Sellas Como ya se ha dicho, las primeras guitarras tenían una caja de resonancia más pequeña y el fondo menos profundo que nuestras guitarras de hoy en día, las escotaduras laterales eran menos pronunciadas, el mástil más largo y angosto, terminando en una cabeza plana con clavijas de madera para cuatro órdenes de cuerdas; un cordón para la chanterelle (1º cuerda) y las 3 últimas en pares.

Bermudo se refería como la "nueva" afinación, y que correspondía a aquella de las cuatro cuerdas intermedias del laúd y la vihuela. La "antigua" afinación difería de la nueva solamente en que la última o cuarta cuerda se afinaba un tono más bajo. La nueva y antigua afinaciones son mencionadas por Alonso de Mudarra en sus "Tres libros de música en cifras para vihuela" que datan de 1546.

La más común de ellas, para las guitarras de cuatro órdenes, era c0 f 0 a0 d1 (añadiendo G0 y g1 se tienen las afinaciones modernas del laúd y la vihuela). Michael Praetorius afamado músico y teórico alemán, en 1618  señala la siguiente afinación: f 0 b0 d1 g1.

La nueva cuerda era afinada una 4ª más baja que la cuerda en c0, es decir, G0. De acuerdo a Trichet, 1640, que todavía usaba el antiguo término de gittern, manifiesta que la guitarra se tocaba bastante en Francia e Italia, pero más aun en España.

Dos guitarras - Siglo XVII Él comenta que el espesor desde la tapa armónica hasta el fondo era de 3 a 4 dedos, el mástil tenía un espesor de 3 dedos, con 8 trastes, la boca poseía una roseta; también menciona la guitarra de cinco órdenes, todas dobles excepto la chanterelle (prima), y el hecho de que también pudieran construirse guitarras con el fondo bombeado como la chitarra batente y Chitarra Batente Giorgio Sellas.

Poco tiempo después, la prima también fue duplicada, y este tipo de encordadura se mantuvo vigente hasta mediados del siglo XVIII, pero la afinación se subió en un tono durante el siglo XVII a A0 d0 g0 b0 e1. Espinel hizo uso de las dos afinaciones, de tono alto y bajo, pero desde la época de Ruiz de Ribayaz (en 1677) la afinación de tono más alto prevaleció.

En España la guitarra fue un instrumento de la clase media, en contraste con la vihuela que era tocada por la aristocracia. De acuerdo a Praetorius, en Italia era un instrumento en mano de charlatanes y saltimbanchi, pero para fines del siglo XVII, se convirtió en un instrumento de moda, especialmente en Francia, donde se dice fue introducida por los actores italianos en París. De esta época son los guitarristas famosos Corbetta y de Visée, el primero de ellos fue maestro de Luis XIV que era un buen aficionado y amante del instrumento.

Guitarra Stradivarius de cinco órdenes, 1680 Fabricantes como Stradivarius y Tielke no dudaron en construir estos instrumentos, muchas veces excesivamente ornamentados.

En el siglo XVII Italia fue indiscutiblemente el centro de la guitarra, pero en el siguiente siglo nacerían otros centros guitarrísticos, como Francia, y en especial Alemania, lo que dio lugar a la aparición con todo brío de la música para guitarra en el contexto del Barroco alemán, en el que la música en general, llegó a su punto culminante.

Con Bach y Haendel, la complejidad musical de las obras de laúd se torno impracticable ya que llegó a tener hasta 24 cuerdas y la técnica necesaria demandaba muchos esfuerzos del ejecutante. Esto ocasionó un progresivo acercamiento a la guitarra como instrumento más sencillo pero que ofrecía un gran abanico de posibilidades sonoras.

La construcción por aquel entonces compartía ciertos principios en común aunque cada región aportaba su toque personal. En general se construía la caja sonora de una pieza que a menudo se empleaba también para realizar el diapasón, cuyos trastes eran de sedal o de tripa.

Guitarra Salomón, París 1760 La ubicación de los mismo no era demasiado precisa por lo que la afinación del instrumento era bastante dificultosa. Otra característica es la extrema separación entre el puente y la boca (abertura sonora) de la guitarra.

Desde el punto de vista estético las construcciones más ornamentadas provenían de Italia mientras que las más austeras eran de origen español. Aquellas solían emplear como motivo ornamental las incrustaciones de motivos de espiga. Asimismo alcanzaron una gran maestría combinando materiales nobles como el ébano y el marfil.

Todas estas guitarras con ornamentaciones espectaculares tenían el inconveniente de su pobre sonoridad, servidumbre de la belleza estética que comportaban. Por ello es preciso afirmar que las construcciones españolas gozarían de mayor calidad musical.

Guitarra Pagé-Cadix, 1804 Especial notoriedad alcanzó la producción de guitarras francesa promovida en la corte de Luis XIV. Sus producciones eran menos recargadas que las italianas y sus tapas posteriores eran totalmente planas.

En el siglo XVIII la enseñanza de la guitarra comenzó a impartirse en escuelas de música y conservatorios. Ello propició, unas modificaciones técnicas como que la encordadura se hizo más simple: los cinco pares de cuerdas abrieron curso a las seis cuerdas simples, afinadas E0 A0 d0 g0 b0 e1, como hoy en día.

Sin duda el paso más grande que se dio en el siglo XVIII fue la adición de la sexta cuerda, parece ser que fue Jacob Otto de Jena quien la añadió, pero que probablemente ya era usada en Italia con anterioridad. En España se cree que fue el Padre Feijoó quién añadió la sexta cuerda al instrumento.

En el siglo XIX las clavijas de madera fueron remplazadas por tornillos metálicos, se amplió la caja de resonancia aumentando las escotaduras laterales, engrosando la caja y se abandonó el uso de rosetas en la boca.


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